La climatología que estamos teniendo este invierno nos permite estar más tiempo jugando al aire libre en las instalaciones de la Escuela Infantil Els Xiquets. Trabajamos un rato en las clases, y luego salimos a los patios a divertirnos con nuestros compañeros.
Tanto pediatras como psicólogos infantiles hacen hincapié en lo importante que es para los niños pasar tiempo al aire libre, incluso desde que son sólo un recién nacido. Esto es más complicado para los niños de ciudad, ya que a la falta de tiempo de los padres y al abuso de actividades sedentarias se les suman la falta de espacios verdes como parques y áreas recreativas. Por eso, en Els Xiquets aprovechamos nuestras magníficas instalaciones exteriores y salimos a jugar muy a menudo.
Pese a todo, se recomienda que tanto niños como bebés pasen al menos 1 hora al día en espacios abiertos, ya que la recompensa que recibe el pequeño merece la pena.
El aire libre es bueno para el bebé
Según los expertos, el aire libre es bueno para el bebé desde el mismo momento en que nace. Desde el principio se puede salir con el pequeño de paseo, lo que estimula sus sentidos y su mente. Sin embargo, hay que tener una serie de precauciones: en invierno los paseos deben ser durante las horas de sol y con el bebé bien abrigado, mientras que en verano los pequeños deberían salir sólo las horas menos calurosas y con ropa ligera.
La luz del sol es beneficiosa para el bebé, ya que con ella recibe vitamina D que sintetiza a través de la piel. Esta vitamina es necesaria ya que fortalece el sistema inmune, favorece la coagulación de la sangre y hace que sus huesecitos asimilen mejor el calcio entre otras cosas. Sin embargo, para exponer al sol a los pequeños hay que tener muchas precauciones e impedir que en verano reciban la incidencia directa de los rayos.
Beneficios de los espacios abiertos para los niños
Estar al aire libre, especialmente en la naturaleza o en algún parque, es bueno para los pequeños en muchos sentidos. Estos son algunos de los más importantes:
– Autonomía: Las diferentes texturas que el pequeño recibe simplemente andando o gateando por la hierba, además de las sensaciones tan distintas que le dan los sonidos, olores e incluso la temperatura, incrementa y estimula sus capacidades dándole un mayor conocimiento del mundo. Gracias a ello, al mismo tiempo que desarrolla sus propios juegos aumentará su autonomía.
– Creatividad: Las actividades al aire libre fomentan que el niño piense de forma creativa, además de aumentar su curiosidad y disparar su imaginación al encontrarse en un entorno muy diferente al de casa o al de otros recintos. Esto se debe a que los espacios cerrados tienen siempre una serie de “normas” y una organización más o menos fija que no existe en la naturaleza.
– Relaciones sociales: Los parques dan al pequeño la oportunidad de interactuar con otros niños de su edad, dejando que empiece a tener relaciones sociales. Esto es especialmente importante en el caso de los hijos únicos, ya que el trato con otros niños hace al pequeño más autónomo y sociable.
– Ejercicio: La actividad física al aire libre suele ser mucho mayor que la que el niño o el bebé puede realizar en casa debido al mayor espacio. Con ello se contribuye a evitar el sobrepeso, un problema que es España ya afecta a 1 de cada 4 niños según los últimos estudios. También libera endorfinas, mejorando su estado de ánimo y haciendo que con el cansancio acumulado puedan dormir mejor por la noche.
Ya hemos visto que estar en espacios abiertos es muy beneficioso para los pequeños, pero sin embargo las horas al aire libre de los pequeños escasean a nivel global. Lo ideal es combinar las actividades en el interior y en el exterior para que el niño desarrolle sus capacidades de la forma adecuada y se mantenga sano tanto física como psicológicamente.
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