En el despacho principal de la Escuela Infantil Els Xiquets hay un “artefacto” en una peana, encima de una estantería. Muchos alumnos al verlo pregunta qué es, ya que ninguno había nacido cuando ese “artefacto” paseó por más de 6.000 kilómetros, encendido, hasta llegar a Barcelona y encender la llama de los Juegos Olímpicos.
Obviamente, ese “artefacto” es una de las antorchas que hizo ese recorrido, y que nosotros tenemos el privilegio de custodiar en nuestra Escuela Infantil. Así, nuestras Miniolimpiadas del próximo sábado, serán más Olímpicas, si cabe.
En memoria de los Juegos Olímpicos Antiguos, en Olimpia, Grecia, meses antes de la celebración de los Juegos Olímpicos se organiza una ceremonia donde la llama olímpica es encendida y con ello comienza el recorrido de la antorcha que finaliza con el encendido del pebetero olímpico durante la ceremonia de apertura. La ceremonia se lleva a cabo frente a las ruinas del Templo de Hera y es realizada por sacerdotisas de Hestia —actrices griegas— que portan vestimentas de estilo griego antiguo. Mientras que en la antigüedad se utilizaban los skaphia, actualmente se emplea el espejo parabólico, con similares características, para la ignición de la llama. La llama olímpica únicamente puede ser encendida por medio de rayos solares.
Tras la ignición de la llama, esta es colocada en una urna para luego ser transportada al estadio antiguo, donde es entregada al primer portador. A partir de allí, la antorcha olímpica comienza su recorrido —diseñado especialmente por cada Comité Organizador— hasta finalizar con el encendido del pebetero. La elección de Olimpia como punto de partida hace hincapié en la relación existente entre los Juegos Olímpicos Antiguos y los Modernos, además de que subraya la conexión entre ambos. Como medida de precaución, días antes de la ceremonia se enciende una llama según el método tradicional. Así, si no hay sol el día de la ceremonia, la antorcha se enciende con la llama que se mantiene en lámparas de seguridad.
La sede, como lo establece el Contrato de Ciudad Sede del Comité Olímpico Internacional, tiene la obligación de realizar un recorrido de la antorcha olímpica, cuya ruta deberá ser aceptada por el COI. Comúnmente, el recorrido consta de dos secciones:
1. De Olimpia a Atenas:
La ignición de la llama en Olimpia es organizada por el Comité Olímpico Helénico, que además se encarga de transportar la llama de Olimpia a Atenas, específicamente al antiguo estadio Panathinaikó.
2. De Atenas a la ciudad sede:
Tras la llega al Panathinaikó, el resto recorrido de la antorcha es organizado y llevado a a cabo por el Comité Organizador, que además selecciona un tema y visión del recorrido, lo que ayuda a determinar ciudades, regiones y monumentos que la llama olímpica visitará por medio de diversos modos de transporte.
La antorcha olímpica de los XXV Juegos Olímpicos, diseñada por el catalán André Ricard Sala, visitó en 39 días las 17 comunidades autónomas, recorriendo más de 6.000 km. Pasó por 652 localidades y se detuvo en 60. En total participaron 9.500 portadores.
El fuego olímpico fue encendido el 5 de junio en Olimpia y fue portado por relevos hasta Atenas. El 9 de junio en el puerto de El Pireo es embarcado en la fragata Cataluña de la Armada Española.
El 13 de junio arriba a las costas catalanas, exactamente a Ampurias, donde es recibido por miles de personas en una ceremonia muy emotiva y de donde emprende su recorrido por todo el territorio español.
El 24 de julio por la noche hizo su entrada triunfal en Barcelona procedente de Palma de Mallorca y fue recibido con una multitudinaria fiesta que se prolongó durante toda la noche en todos los distritos de la ciudad condal. Al día siguiente llegó puntual al Estadio Olímpico y su último relevo, el atleta paralímpico, Antonio Rebollo por medio de un lanzamiento con su arco desde el centro del escenario fue el encargado del encendido del pebetero, quedando así inaugurados los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.